Recht so, die anderen liegen schon lägst auf dem Friedhof, aber wir können noch rausgehen, an die Sonne, ins Licht.
Certament, ells descansen des de fa temps en el cementiri, però nosaltres encara podem sortir fora, sota el sol, a la llum // sota la llum del sol.
Ciertamente, los otros yacen desde hace tiempo en el cementerio, pero nosotros todavía podemos salir fuera, bajo el sol, a la luz // bajo la luz del sol.
Certament, ells descansen des de fa temps en el cementiri, però nosaltres encara podem sortir fora, sota el sol, a la llum // sota la llum del sol.
Ciertamente, los otros yacen desde hace tiempo en el cementerio, pero nosotros todavía podemos salir fuera, bajo el sol, a la luz // bajo la luz del sol.
Le mura in quel punto seguivano il pendio del valico, formando una complicata scala di terrazze e ballatoi. Sotto di lui, nerissimo contro la neve, Drogo vedeva, alla luce di luna, le successive sentinelle, i loro passi metodici facevano cric cric sullo strato gelato.
La più vicina, in una sottostante terrazza, a una decina di metri, meno freddolosa delle altre, se ne stava immobile, con le spalle appoggiate a un muro e si sarebbe detto addormentata. Invece Drogo la udì canterellare una nenia con voce profonda.
Il Deserto dei Tartari, Duzzati
Opus
Excelente costumbre la de los compositores. No conceden un número sino a aquellas obras que consideran "válidas". No numeran las que pertenecen a su inmadurez, a una ocasión fortuita, o que no son sino ejercicios. Un Beethoven no numerado, por ejemplo las Variaciones a Salieri, es realmente flojo, pero no nos decepciona, el propio compositor nos lo ha advertido. Cuestión fundamental para todo artista: ¿por qué obra empieza su obra "válida"? Janacek no encontró su originalidad hasta los cuarenta y cinco años. Sufro cuando escucho alguna de sus composiciones que quedan del periodo anterior. Antes de su muerte, Debussy destruyó todos sus esbozos, todo lo que había dejado inacabado. Lo menos que puede hacer un autor por sus obras: barrer a su alrededor.
Kundera; El arte de la novela
6
La imagen que mejor podría definirnos es la de un bote a la deriva: no saber nunca dónde y cómo nos despertaremos mañana.
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