1. El origen fue una escisión.
Es decir, lo original en nosotros es estar escindidos siempre: ser y no ser aquello que vemos en el espejo; no poder acabar de identificarse consigo mismo. La experiencia fundamental de los enamorados: te he abrazado y no te he tenido. La maravilla de poder reconocer a alguien distinto a ti, alguien radicalmente distinto.
El origen fue una escisión es también: el hombre es hombre porque se reconoce como sujeto y reconoce la alteridad como objeto. El lenguaje es, antes que nada, un filtro entre el sujeto y el objeto. De hecho, no hay propiamente objeto ahí donde aquello ahí permanece sin nombre.
También: No hay propiamente objeto ahí donde el sujeto permanece sin nombre. Lo cual significa: sólo desde el momento en que los límites del sujeto son marcados -esto soy yo; esto no soy yo, por tanto, esto es otra cosa- la realidad puede verse como algo a disposición de sí.
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