¿Cuál debió de ser la obra musical más primigenia y original? ¿Tal vez una sola serie de golpes rítmicos y monótonos sobre una madera? ¿O un solo grito extático, como un orgasmo, y desgarrado? O esa especie de tono menor de cuando se llora, tal vez; o bien los sollozos.
¿Y dónde? Entre un hombre y una mujer; o entre dos hombres, o dos mujeres; o alrededor de la hoguera, en comunidad; o fue un individuo solo. Quién sabe.
Pero llevamos esa primera chispa dentro, arraigada en el cuerpo, anidando en las entrañas. Somos ese origen. Si el origen fue la escisión entonces lo anterior al origen -el origen del origen- fue una unión indistinta, un trance extático perpetuo en el que yo no fui yo ni tú fuiste tú porque no hubo más que un esto, un algo ahí. Maravilloso, ¿eh?
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O maravillosamente difícil de desentrañar.
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