Arde el mar

El discurso interminable

Este blog está abandonado. Y seguirá abandonado -¿o no? quién sabe-. En cualquier caso, sigo con otro, que permanece inactivo a la espera de que yo dedique tiempo a escribir algo sensato en torno a lo que voy (re)leyendo. A pesar de que sé que resulta pretencioso dar por sentado que un número considerable de lectores seguía este blog -jajaja-, dejo aquí el link del nuevo, cuyo contenido será, quizás, más útil, más pedestre y no menos poético que el de este -hay belleza incluso en el escritoe mediocre, dice Borges.

Me apena cerrar esta etapa, este blog, que contiene muchos de los ejercicios poéticos que realicé a lo largo de dos años -o más: el resultado de todas mis actividades no se encuentra colgado en la red, debo de sumar ya más de un centenar de páginas y páginas garabateadas con versos que no verán la luz de momento- y, sin embargo, a pesar de la tristeza inherente al hecho de cerrar una etapa ya moribunda, también me invade la euforia de lo nuevo.

Sin más,

M.


http://discursointerminable.blogspot.com.es/
¿Cuál debió de ser la obra musical más primigenia y original? ¿Tal vez una sola serie de golpes rítmicos y monótonos sobre una madera? ¿O un solo grito extático, como un orgasmo, y desgarrado? O esa especie de tono menor de cuando se llora, tal vez; o bien los sollozos.

¿Y dónde? Entre un hombre y una mujer; o entre dos hombres, o dos mujeres; o alrededor de la hoguera, en comunidad; o fue un individuo solo. Quién sabe.

Pero llevamos esa primera chispa dentro, arraigada en el cuerpo, anidando en las entrañas. Somos ese origen. Si el origen fue la escisión entonces lo anterior al origen -el origen del origen- fue una unión indistinta, un trance extático perpetuo en el que yo no fui yo ni tú fuiste tú porque no hubo más que un esto, un algo ahí. Maravilloso, ¿eh?
La poesia és l'única liturgia que mai he conegut.

Restar a l'espera de la paraula, encara.

6 (parte 2)

1. El origen fue una escisión.

Es decir, lo original en nosotros es estar escindidos siempre: ser y no ser aquello que vemos en el espejo; no poder acabar de identificarse consigo mismo. La experiencia fundamental de los enamorados: te he abrazado y no te he tenido. La maravilla de poder reconocer a alguien distinto a ti, alguien radicalmente distinto.

El origen fue una escisión es también: el hombre es hombre porque se reconoce como sujeto y reconoce la alteridad como objeto. El lenguaje es, antes que nada, un filtro entre el sujeto y el objeto. De hecho, no hay propiamente objeto ahí donde aquello ahí permanece sin nombre.

También: No hay propiamente objeto ahí donde el sujeto permanece sin nombre. Lo cual significa: sólo desde el momento en que los límites del sujeto son marcados -esto soy yo; esto no soy yo, por tanto, esto es otra cosa- la realidad puede verse como algo a disposición de sí.

Leed a Jung


Sí. Esto es una orden, y no podéis desobedecerla. Por esto escribo esta entrada en castellano y no en catalán. Espero que le sirva a alguien:

Lo que Jung viene a decir es que, si vivimos tiempos cambiantes es porque estamos cambiando nosotros. Lo que había antes de la crisis -desde las Guerras Mundiales hasta el presente- no era una época de tiempos cambiantes sino una época de desequilibrio.

Al terminar la guerra el mundo entero creyó que la catástrofe implicaba el fin de la historia. En otras palabras, el hombre pretendía vivir fuera del tiempo, más allá de su pasado. Jung considera que el hombre moderno es ahistórico, está más allá de la historia. Esto pretendían -pretenden- las vanguardias, ¿no? Escindirse de la tradición y buscar lo original.

¿Qué es lo original? Lo original es aquello primigenio, aquello que proviene del origen y, por tanto, está en íntima relación con lo más profundo. De esto se trató el Romanticismo, más o menos. Hubo individuos que llegaron al origen y otros que no. También hubo algunos, como Rimbaud, que llegaron al origen y descubrieron que escribir para alguien era irrelevante, lo que fuera, no me interesa.

El Romanticismo, en cualquier caso, estaba anclado firmemente en la tradición: releyó el medievo -como le interesó-. Ahora los artistas contemporáneos pretenden que la forma vacía de contenido es lo importante; pretenden que cambiando la forma llegarán a la originalidad. Pero la forma expresa el fondo. Si la forma es novedosa es porque el fondo es novedoso, porque lo que se ha descubierto no se adapta a los moldes. Pero, ¿qué es lo novedoso del arte contemporáneo salvo su intención de mantenerse a la vanguardia?

Es decir: ¿Mantenerse a la vanguardia es descubrir constantemente? El Renacimiento cambió la cosmovisión de un mundo podrido y lo hizo mirando hacia atrás, hacia lo viejo. Solamente aquello que linda con la muerte, con el silencio -es decir, lo otoñal- tiene algún valor. La vanguardia vive pretendiendo que sigue viva, que se mantiene siempre joven. Cambia la forma, pero sus ideas están podridas.

El arte vanguardista es la forma paradigmática del desequilibrio moderno: pretender mantenerse joven, querer olvidarlo todo, no tolerar el silencio sino, al contrario, gritar, inundar las galerías de cuadros que no dicen nada, que son azarosos y, por tanto, irrelevantes. Como transgresión es últil: descubre todas las posibilidades inesperadas a un arte anclado en el academicismo, en la repetición de viejos moldes. Pero, ¿y ahora? ¿En qué ha quedado toda aquella transgresión?

Aquella transgresión se ha convertido en FRIVOLIDAD. La juventud no sabe nada. Ni yo ni nadie que tenga menos de treinta años sabe una mierda de la vida.


Etcétera. Me he cansado de escribir. Pero en Jung -y en Heidegger y en Kundera- está todo lo que pueda decirse jamás acerca del siglo XX.
Hem llegit tants llibres que ens hem entristit

(però això vol dir, potser, que hi ha una felicitat anterior a la cultura; i és aquesta felicitat, la que hem de recuperar)


Shine your light down on me
Lift me up so i can see
Shine your light when you're gone
Give me the strength
To carry on, carry on

Silenci.

(Versión extendida)



















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Kafka 1

"Aquí la plenitud del mundo vale como la única realidad. Cada espíritu debe se objetivo, debe estar aparte, para tener un puesto y un derecho a existir. Lo espiritual, en la medida en que desmpeña aun una función, se resuelve en espíritus. Los espíritus se convierten en individuos totalmente particulares, cada uno con su nombre, y especialmente vinculados al nombre de quien los venera... No se vacila en llenar con la multitud que forman un mundo ya superpoblado... La multitud de los espíritus es multiplicada sin escrúpulos; ...otros nuevos se agrregan siempre a los antiguos, cada uno con su nombre propio y diferente de los demás"

Stern der Erlösung, Franz Rosenweig; Citado por W. Benjamin en Franz Kafka.